Es noticia
Menú
Yo también me acosté con un compañero de trabajo
  1. Noticias
  2. El Eroticón
Receca Royo Ortiz

El Eroticón

Por

Yo también me acosté con un compañero de trabajo

Hace un tiempo llegó a mis manos un libro. Se titulaba Hice una tontería en la fiesta de la oficina y recogía las situaciones inverosímiles que,

Foto: Yo también me acosté con un compañero de trabajo
Yo también me acosté con un compañero de trabajo

Hace un tiempo llegó a mis manos un libro. Se titulaba Hice una tontería en la fiesta de la oficina y recogía las situaciones inverosímiles que, de vez en cuando, suceden en nuestros lugares de trabajo. Esas que en ocasiones se convierten en conflicto y por las que la persona involucrada necesita de ayuda exterior. El libro recogía un montón de situaciones y las acompañaba de las posibles soluciones que algunos de los lectores del New York Times habían aportado a cada caso vía mail, como respuesta a las preguntas de la autora.

Entre esos conflictos o situaciones de las que se hablaba, estaba, como no, la de los encuentros sexuales con compañeros o jefes, algo que no es de extrañar si tenemos en cuenta que pasamos cerca de un tercio de nuestro tiempo –en algunos casos un poco más y en algunos un poco menos- dentro de ese habitáculo al que llamamos oficina. En todo ese tiempo, no sólo surgen enfrentamientos, también atracción física.

Por eso no sorprenden los resultados de la encuesta de Mujer hoy de la que ya hablamos la pasada semana, según la cual, el 50% de las mujeres a las que se pidió opinión prefieren evitar el sexo en el trabajo, pero un 23,9% reconoce haber mantenido una relación con un compañero. ¿Están ustedes en la oficina? Si hacemos caso a estos datos, si miran a su alrededor ahora mismo, al menos dos de las personas que están viendo podrían haberse acostado y usted ni tan siquiera se habría enterado.

Algo así me sucedió a mí y lo descubrí cuando, amablemente, decidí prestarle el libro a una compañera y comenzamos a ojearlo juntas para ver si las situaciones se ajustaban a nuestra realidad laboral. Al llegar a la parte de los encuentros sexuales con compañeros/jefes ella fue la primera en confesar, pero hubo más.

Luego vinieron los marujeos. Y en esas estábamos cuando, con mi libro en la mano, me encontré con que tengo varios amigos que fantasean con eso de hacerlo en la fotocopiadora y otros tantos que han satisfecho ya esa fantasía y otras tantas. Aunque eso sí, a tenor de los datos, lo nuestro no tiene parangón con el caso estadounidense, donde otra encuesta realizada a más de treinta mil personas de entre 33 y 36 años reflejaba que el 90% de ellos se había acostado con un compañero de trabajo.

Los empresarios, por su parte, parece que no lo ven con buenos ojos porque, en muchos casos, si no emiten una prohibición velada, aseguran que se reduce la productividad. Pero, paradojas de la vida, un estudio sociológico reciente asegura que una relación en el trabajo puede ayudar a aumentar la camaradería, el sentimiento de equipo y facilitar la comunicación. Aunque, seamos sinceros, cuando uno se acuesta con el vecino de la mesa de al lado no está, precisamente, pensando en aumentar la productividad de su empresa. Más bien pide a gritos un descanso y algo en lo que pensar fuera del tedio del día a día.

Hace un tiempo llegó a mis manos un libro. Se titulaba Hice una tontería en la fiesta de la oficina y recogía las situaciones inverosímiles que, de vez en cuando, suceden en nuestros lugares de trabajo. Esas que en ocasiones se convierten en conflicto y por las que la persona involucrada necesita de ayuda exterior. El libro recogía un montón de situaciones y las acompañaba de las posibles soluciones que algunos de los lectores del New York Times habían aportado a cada caso vía mail, como respuesta a las preguntas de la autora.