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Comida y sexo: ¿Hay alimentos afrodisíacos?
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Receca Royo Ortiz

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Comida y sexo: ¿Hay alimentos afrodisíacos?

“Me arrepiento de las dietas, de los platos deliciosos rechazados por vanidad, tanto como lamento las ocasiones de hacer el amor que he dejado pasar por

“Me arrepiento de las dietas, de los platos deliciosos rechazados por vanidad, tanto como lamento las ocasiones de hacer el amor que he dejado pasar por ocuparme de tareas pendientes o por virtud puritana. Paseando por los jardines de la memoria, descubro que mis recuerdos están asociados a los sentidos”. Así comenzaba Isabel Allende la introducción de su libro Afrodita, una obra que apelaba a los instintos y unía sexo y comida.

Pero Allende y sus recetas no han sido los únicos en unir ambos conceptos. Desde los albores de la humanidad las propiedades afrodisíacas de algunos alimentos han estado presentes en los recetarios. Sus efectos pueden ser reales o no, lo que está claro es que el deseo sexual no sólo depende de los factores ambientales, también tiene un componente mental muy importante, por lo que preparar un plato pensando que es afrodisíaco puede ayudar a ir calentando motores.

Quizá estos días, con la cercanía de San Valentín, se multipliquen las búsquedas de alternativas para preparar una cena romántica para esa fecha, que para muchos no es más que una excusa para aumentar las ventas de una serie de artículos en la época inmediatamente posterior a la llamada ‘cuesta de enero’. Para quienes se devanan los sesos buscando regalos, restaurantes o planes caseros para ese día, quizá les venga bien saber que hay determinados alimentos que entran dentro del listado de aquellos considerados afrodisíacos, si no por la ciencia, sí por el saber popular.

Para empezar, las ostras. Quizá por su forma, por su textura o por su olor a mar, estos moluscos bivalvos están en el top ten de los alimentos más asociados a ese estímulo del deseo sexual. Pero no son los únicos animales marinos que entrarían dentro de este grupo: otros bivalvos como los mejillones o las almejas también están incluidos, así como la tan apreciada langosta.

A algunas especias, y algunos frutos secos como las almendras, también se le atribuyen estos beneficios. Añadir un poco de nuez moscada, trufa o cardamomo a los platos no hace daño a nadie –en todo caso, si se trata de la trufa quizá al bolsillo- y, aunque no se haya probado su efecto real, quizá por placebo funcionen como estimulantes.

Entre las bebidas alcohólicas, el vino y el champagne se presentan como los favoritos. Por lo que, para una cita romántica, podría servir unas ostras de entrante, acompañadas de una ensalada de aguacate y salmón –sí, dicen que el aguacate también levanta el ánimo- regado con un buen vino.

Como postre, una mouse de chocolate acompañada por frambuesas y frutas del bosque, que según los estudios cuando comemos chocolate liberamos endorfinas –de ahí aquello de poner el chocolate como sustituto del sexo-. Si no conseguimos con esto levantar la libido, al menos habremos cenado como auténticos reyes.

“Me arrepiento de las dietas, de los platos deliciosos rechazados por vanidad, tanto como lamento las ocasiones de hacer el amor que he dejado pasar por ocuparme de tareas pendientes o por virtud puritana. Paseando por los jardines de la memoria, descubro que mis recuerdos están asociados a los sentidos”. Así comenzaba Isabel Allende la introducción de su libro Afrodita, una obra que apelaba a los instintos y unía sexo y comida.