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El olvido Gara de Alaska y los Alejandros Sanz del montón
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Alberto Lázaro

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El olvido Gara de Alaska y los Alejandros Sanz del montón

No me gustan las guerras entre músicos, y menos las que se disputan desde la distancia. Son cruentas, negativas, y sólo traen disgustos. Pero, aún así,

Foto: El olvido Gara de Alaska y los Alejandros Sanz del montón
El olvido Gara de Alaska y los Alejandros Sanz del montón

No me gustan las guerras entre músicos, y menos las que se disputan desde la distancia. Son cruentas, negativas, y sólo traen disgustos. Pero, aún así, siguen creándose pequeñas batallas que alteran el orden lógico de los acontecimientos. Ahí está Ramoncín, el rey del pollo frito, que no hace otra cosa que criticar a todo lo que se mueve mientras se contenta con interpretar su personal versión de Come as you are de Nirvana.

Ahora es Fangoria que, como si hubiesen rescatado su éxito Criticar por criticar, han caldeado el ambiente y han enfadado al mismísimo Alejandro Sanz. Una mala decisión.

Alaska y Nacho Canut, que ya tendrían que estar curados de espanto, han hablado en una entrevista con el diario Público, y parece que han encendido la llama hostil del cantante madrileño. “Dentro de 20 años nadie se acordará de Alejandro Sanz, como nadie se acuerda ahora de Pablo Abraira o Daniel Velázquez, que eran los Sanz de los setenta”. Palabras desacertadas en un contexto en el que pretendían contar que el pop es efímero y que ellos han logrado la hazaña de poder cumplir 25 años en la música.

Tres días después de dicho infortunio, Alejandro Sanz, desde Perú, se ha servido de las teclas de su ordenador y se ha abalanzado sobre el grupo madrileño a golpe de tweet: “Queridos Alaska y Nacho Canut. No sé cuál es el motivo por el que me odiáis tanto. Lo cierto es que ya hace años que venís criticándome muy duramente sin haber hecho nada (creo) para merecerlo”, asegura el cantante, visiblemente afectado. “Si os digo la verdad, me sorprende vuestra fijación conmigo. Puede que yo no os guste, sin embargo, yo a vosotros os admiro y os respeto. Solo deseo que se vaya ese rencor de vuestros corazones y podáis vivir en paz”, continúa escribiendo Sanz en su Twitter.

Para finalizar, y tras este duro reproche, Sanz deja clara su verdadera opinión: “Por lo demás, yo sigo mi camino, que gracias a Dios está lleno de felicidad. Siento que eso os moleste tanto. Salud y afinación para todos”, sentencia.

Sociología mal entendida entre dos ‘accionistas’ de la SGAE. Sin embargo, y por el momento, Alaska ha preferido hacer oídos sordos y pasar del corazón partío de Alejandro Sanz. Es como el súmmum de esa gran frase ochentera que le ha traído tantas alegrías: “A quién le importa lo que yo haga”.

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