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Los ladrones humanos y las contestaciones divinas de Boris Izaguirre
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Alberto Lázaro

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Alberto Lázaro

Los ladrones humanos y las contestaciones divinas de Boris Izaguirre

Boris Izaguirre lleva el arte de escribir tatuado en la piel. Es un ejemplo de buen comunicador y de cómo saber explotar al máximo su gran

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Los ladrones humanos y las contestaciones divinas de Boris Izaguirre

Boris Izaguirre lleva el arte de escribir tatuado en la piel. Es un ejemplo de buen comunicador y de cómo saber explotar al máximo su gran faceta de literato. No contento con eso, ahora también se perfila como el arquetipo ideal en Twitter; ése que cuenta cada anécdota y acontecimiento rimbombante en el microblogging. A los hechos me remito. En las últimas horas, a Boris le han asaltado en plena calle, le han robado el coche y le han insultado a través de Twitter. Y todo contado a golpe de tweet.

“Nos acaban de asaltar con cuatro armas potentes en la puerta de casa de mis padres”, twiteó en su perfil. El presentador de Humanos y divinos, que se encuentra en Caracas junto a su marido Rubén, se llevó un gran susto en lo que él calificó como “realidad venezolana”. Así que siguiendo con el hábito que sólo utilizan los auténticos soberanos del Twitter, el escritor siguió escribiendo tweets para tranquilizar a sus casi 20.000 seguidores: “Estamos bien pero sin carro”.

Sin embargo, no todos se sumaron a la gravedad del asunto e hicieron uso del doble filo que ofrece el microblogging: “¿Con vibradores y consoladores? Pobrecito”, le respondió un seguidor venezolano. Ante el desconcertante retweet, el escritor salió a la palestra de dicha red social y contestó al insolente desde la buena educación y las buenas maneras: “Realmente el colmo del machismo y de la homofobia es su comentario”, twiteó indignado. “Peor que el asalto, los tweets homofóbicos que conservo como ejemplo del machismo insuperable de Venezuela. Life goes on”, denunció en su perfil olvidándose de lo que había sucedido con su coche.

Otros, en cambio, sí supieron animar a Boris Izaguirre por medio del ciberespacio y así reconfortar al escritor. “Cuídate mucho”, decía el actor Santi Millán. “Un abrazo enorme”, quiso desear desde Telecinco el periodista Màxim Huerta.

Como el emblema que quiere transmitir Boris con su programa en La 1, el mundo está lleno de humanos y divinos. Efímeros y eternos. Aunque como ocurre con la audiencia del espacio televisivo, los divinos no superen el 10%.

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