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María Teresa Campos también se lleva a su hija al trabajo (y a su novio)
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Nacho Gay

Carta de Ajuste

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María Teresa Campos también se lleva a su hija al trabajo (y a su novio)

Yo quiero vivir, al menos, en un país coherente. Por eso no entiendo muy bien la que se ha liado por el caso Bescansa. En este país, señores, la gente se ha llevado siempre a sus hijos al trabajo

Foto: Ilustración realizada por Paco Sordo para Vanitatis
Ilustración realizada por Paco Sordo para Vanitatis

Cierro con este texto una semana complicada. Primero por el tema de los Óscar. Miren, solo he visto cinco minutos de la versión pirata que anda por ahí suelta de lo nuevo de Tarantino. Solo cinco. Pueden llamar a la Policía si quieren, pero no he podido resistir la tentación. Y sí, hay más cine en ese par de secuencias que en la totalidad del metraje de un tostón infumable llamado 'Marte' que ha filmado el bueno de Ridley Scott y que, según los honorables académicos, merece mayor crédito. Por si no han visto la película de astronautas, yo se la resumo en un momento: la metafísica y el efecto invernadero quedan en Marte para darse de hostias y la primera acaba en urgencias. Pero no en un servicio de urgencias cualquiera. No. En las 'Urgencias' de George Clooney. Todo muy 'cool', ya me entienden. Muy bien filmado, pero también muy vacuo.

Tampoco han nominado a 'Carol', un film que cuenta la subversiva historia de amor de dos indecentes lesbianas. Su lugar lo ocupa 'El puente de los espías', de Spielberg, una película de aliento clásico, como Dios manda. Ese tipo de aliento que te lo echan y te quedas dormido. El aliento de la profesora de Lengua y Literatura del instituto. El aliento medieval de Pilar Cernuda (vean este vídeo para comprobarlo). Ese.

Ahora bien, lo que peor llevo es lo de Aaron Sorkin, al que ni siquiera se le ha nominado a un premio, el de mejor guión adaptado, que probablemente debería tener en sus vitrinas antes incluso de que se celebrase la ceremonia del 28 de febrero. Afortunadamente, esa ceremonia la olvidaremos pronto, pero seguramente recordaremos los diálogos de 'Steve Jobs'. “Tú eres un gran músico, al igual que esos otros ingenieros, pero yo soy el director de la orquesta”, le dice el propio Jobs a Wozniak, cofundador de Apple, cuando este le acusa de ser un capullo egocéntrico que se aprovecha del talento de los demás.

Trailer de la película 'Steve Jobs'

También ha sido una semana difícil porque el sábado pasado tuve la brillante idea de escribir sobre el 'pequeño Nicolás' y estoy seguro de que Inteligencia me ha intervenido el teléfono. Ahora escucho a mi madre muy lejos, como más allá de Arévalo. Luego vino lo de Carolina Bescansa, sin duda la noticia más trascendental de la semana. En un país en el que los políticos de Ciudadanos, autoproclamados como adalides del cambio, han dado el salto al 'Gran Hermano VIP', estaba claro que los recién nacidos iban a tomar en cualquier momento el Congreso para poner un poco de orden.

Dicen algunos que el Congreso se parece ahora mucho más a España y, al menos en cierto sentido, puede que tengan razón. España se parecía mucho a 'Sálvame' y ahora el Congreso también. Ya estoy viendo a Patxi López repartiendo mantecados y viandas varias en el directo de las sesiones. Hoy llena la tribuna del público un autobús de la asociación de amas de casa de Villapene (Lugo), que han traído para sus señorías un par de bandejas de nécoras. A veces pienso: “¡Madre mía (que te escucho tan lejos), qué país!”. Pero ese día llegan las nominaciones a los Óscar y me percato de que allí tienen que estar todavía peor que nosotros. Ellos hacen películas buenas y después no las entienden, algo que me fascina. Nosotros por lo menos las hacemos malas, en un indudable ejercicio de coherencia. Solo hacemos bien 'Gran Hermano', como corresponde.

Amamantando, que es gerundio

Yo quiero vivir, al menos, en un país coherente. Por eso no entiendo muy bien la que se ha liado por el caso Bescansa. En este país, señores, la gente se ha llevado siempre a sus hijos al trabajo. Hablemos, sin ir más lejos, de los Bardem, el clan por excelencia. Una familia cuyos miembros le están cogiendo el bajo de los pantalones al actor de turno desde los dos o tres años de edad. En fin, cada hijo de los Bardem, cada sobrino, ha nacido con una subvención del ICAA bajo el brazo. Y aquí nadie ha dicho nada.

Por no hablar de las Campos, claro. La madre, María Teresa, ha dado el pecho a sus dos hijas en el directo de Telemadrid, TVE, Antena 3 y Telecinco. Solo la película 'Pretty Woman' ha protagonizado una 'tournée' televisiva de similar intensidad. A una de las dos hijas, Terelu, se la amamantaba siempre delante de las cámaras; a la otra, Camen Borrego, casi siempre detrás, y solo la hemos visto la cara cuando la fiesta la ha pagado el 'Hola'.

Las Campos son como elefantes. Pero no me malinterpreten, lo digo porque los elefantes viven en manadas cuyo líder es una hembra matriarca. Y van juntos a todas partes. A comer cañas de azúcar, a beber agua al río, a negociar al despacho de Vasile… A todas partes. A la manada familiar se han ido uniendo con el tiempo amigos de toda la vida: Carlos Ferrando, Mariñas, mi queridísima 'horoscopera' Esperanza Gracia… Para todos ellos los tiempos han sido siempre felices al lado de María Teresa. Ellos tocan los instrumentos. Mal, pero tocan. Y Marité, como Jobs, es la directora de la orquesta.

¿Recuerdan el famoso excel aquel de enchufados de Deloitte que puso en circulación El Confidencial? Memeces. El nepotismo, o algo muy parecido, llegó el viernes a cotas no conocidas desde los tiempos de su supuesto 'inventor', Pesístrato. Me encuentro a Marité sentada en el 'Deluxe' acompañada de la menina que faltaba en el cuadro, su novio, Edmundo Bigote Arrocet, el chileno aquel que decía “piticlín, piticlín” en el 'Un, dos tres' de Mayra Gómez Kemp. Ahora hace el mismo ruidito mientras tira de la palanca de una tragaperras que parece trucada, porque desde que se ha ligado a la directora de la orquesta siempre le salen las tres cerezas.

España es un país donde las madres siempre han amamantado a sus hijos, a sus nietos, hermanos, primos, maridos y vecinos en el ámbito laboral. Y nadie ha dicho ni mu. Por todo esto, ánimo Bescansa.

Consultorio

Por cierto, me llegan mensajes todas las semanas de gente que me hace preguntas de televisión o que me propone temas para mis futuras 'Cartas de Ajuste' y tal y tal. Quiero aclarar, primero, que yo apenas veo la tele. Intento contestar esos mensajes, pero a veces no puedo porque me entra la risa. Esta semana uno de esos 'mails' ha llamado especialmente mi atención. Paqui, de Burgos, me dice lo siguiente:

“Nacho, creo que deberías hablar de 'Gran Hermano VIP', porque ayer a los concursantes les daban calambrazos cada vez que alguien les nominaba. Aunque hayan entrado voluntariamente en un concurso de TeleCirco, me parece vergonzoso. ¿Es legal?”

Mira, Paqui, cariño, no tengo tiempo ahora para buscar todo eso en el Código Civil, pero es muy probable que Telecinco en sí misma sea ilegal. Te diré, no obstante, que soy de la opinión, quizá un poco radical, de que muchas sillas de bastantes platós deberían ser bastante eléctricas. Espero haberte ayudado. Saludos.

Para cualquier insulto, amenaza o consulta, les dejo mi correo: ngay@elconfidencial.com. Y también mi Twitter: @nachogay

Hasta la semana que viene, corazones.

Cierro con este texto una semana complicada. Primero por el tema de los Óscar. Miren, solo he visto cinco minutos de la versión pirata que anda por ahí suelta de lo nuevo de Tarantino. Solo cinco. Pueden llamar a la Policía si quieren, pero no he podido resistir la tentación. Y sí, hay más cine en ese par de secuencias que en la totalidad del metraje de un tostón infumable llamado 'Marte' que ha filmado el bueno de Ridley Scott y que, según los honorables académicos, merece mayor crédito. Por si no han visto la película de astronautas, yo se la resumo en un momento: la metafísica y el efecto invernadero quedan en Marte para darse de hostias y la primera acaba en urgencias. Pero no en un servicio de urgencias cualquiera. No. En las 'Urgencias' de George Clooney. Todo muy 'cool', ya me entienden. Muy bien filmado, pero también muy vacuo.

María Teresa Campos Gran Hermano VIP Telecinco
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