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Viajar es un placer... de cine
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María José S. Mayo

La hija del Acomodador

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María José S. Mayo

Viajar es un placer... de cine

Ya saben por otras entregas que mi afán por conocer todo lo que sale en DVD llega a ser enfermizo. Y es que un expositor con

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Viajar es un placer... de cine

Ya saben por otras entregas que mi afán por conocer todo lo que sale en DVD llega a ser enfermizo. Y es que un expositor con sus novedades me hace salivar más que a Carpanta ante una pata de jamón.

 

El caso es que el otro día me sorprendió ver en una tienda un pack de películas acompañadas de una guía de la ciudad en la que se desarrollan. No son listos ni nada, pues estoy segura de que a la mayoría de ustedes alguna de las películas de sus amores les llevaron a emprender algún que otro interesante viaje.

 

Un amigo me enseñaba el otro día algunas de las instantáneas tomadas en el bonito café parisino que sale en Améliè, o en la esquina de la tienda de verduras. Otro, las de su recorrido por la ciudad eterna emulando el paseíto que se daban Audrey Hepburn y Gregory Peck en una vespa en Vacaciones en Roma.

 

Yo, como estarán esperando, he tenido mis propias obsesiones viajeras. Sin ir más lejos estaba como loca por ir a Berlín por El cielo sobre Berlín. Especialmente quería visitar la Columna de la Victoria, el lugar desde el que los ángelesprotagonistas veían a los mortales y soñaban con poder ayudarles sin terminar de entender su naturaleza efímera. Subirse a aquel lugar quizá no fue la mejor experiencia por culpa del vértigo, pero la misión se cumplió y yo me sentí, y nunca mejor dicho, más cerca del cielo.


Mi obsesión por Kieslowski me llevó en su momento hasta Polonia, donde además de adquirir algunos de sus documentales convenientemente subtitulados en inglés, visité con gran emoción Cracovia. Su plaza no hacía más que recordarme aquel momento de La doble vida de Verónica en el que las dos jóvenes que llevan una vida paralela - y que están interpretadas por la gran Irene Jacob- se encuentran en medio de una manifestación. Fue genial pasearmen entre las columnas de la Casa de los Paños recordando ese momento.Y ya que estaba por allí, no dudé en acercarme al barrio judío donde Spielberg rodó su Lista de Schindler: Incluso llegué a fotografiar el lugar que ocupó la fábrica, que todavía mantiene el cartel original para su recuerdo.


Más cerca, en España, visité con entusiasmo la bella playa de Mónsul, en Cabo de Gata. En ella se rodó una escena memorable de Indiana Jones y La última cruzada: aquella en la que el padre de Indy consigue evitar el ataque de un avión que va a por ellos espantando a las gaviotas que hay en la orilla del mar.


Ha habido más viajes, pero habrá mas. El más esperado, visitar Monument Valley, en Arizona, el lugar donde John Ford rodó tantos westerns. Entre ellos, Centauros del desierto, en el que brilló como nunca como escenario de las andanzas de esos hombres que parecían gigantes por obra y gracia del ligero contrapicado que utilizó el inmortal director.


Viajar es encontrase con lo desconocido, pero también cumplir la ilusión de que cuando se llega a un lugar este es incluso mejor de lo que se había imaginado. Siguiendo las huellas del cine iremos a lugares en los que nuestros héroes libraron una vez alguna batalla, lo que nos hará sentir un cosquilleo especial, una sensación casi irreal.


Va a ser cierto: viajar es "pasear un sueño".

Ya saben por otras entregas que mi afán por conocer todo lo que sale en DVD llega a ser enfermizo. Y es que un expositor con sus novedades me hace salivar más que a Carpanta ante una pata de jamón.