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Las Campos no saben gestionar su fama
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César Andrés Baciero

Mucha tele que cortar

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César Andrés

Las Campos no saben gestionar su fama

Tras su paso por 'Sábado Deluxe' queda patente que Terelu Campos y Carmen Borrego quieren disfrutar del éxito pero no de las consecuencias de la fama

Foto: Terelu Campos y Carmen Borrego. Ilustración realizada por Jate para Vanitatis.
Terelu Campos y Carmen Borrego. Ilustración realizada por Jate para Vanitatis.

La bajona no perdona. El pasado fin de semana las hermanas Borrego Campos, Terelu y Carmen, se sentaron hundidas, destruidas y devastadas en ‘Sábado Deluxe’ cuajadas de swarovskis para relatarnos un verano nada brillante. Su fuerte no es vestir acorde con su estado de ánimo, aún no han aprendido que la indumentaria es parte fundamental del discurso en televisión. Querían hacernos partícipes de su depresión posvacacional, como si cada uno de nosotros no tuviésemos bastante con la nuestra como para sufrir la del dúo.

La hija mayor de María Teresa Campos, Terelu, se quejaba de levantarse llorando y no saber por qué, de haber sido abandonada a su suerte en Málaga por su madre y hermana este verano con 52 palos que tiene, estaba tristona por la ausencia de ‘Qué tiempo tan feliz’ en la parrilla televisiva desde febrero y de bajona por no haber adelgazado. La segunda en la línea sucesoria, Carmen, arremetía contra las revistas del corazón que la habían mostrado en bañador el pasado mes de agosto. Las publicaban para humillarla, piensa ella. A Terelu, Kiko Matamoros le diagnosticó un principio de depresión y la mando al psicólogo, la pequeña Carmen debería acompañarla y no porque esté falta de humor. Carmen estaba cabreada, como una mona, pero no tocada y hundida.

placeholder Carmen Borrego en una imagen de sus vacaciones en Marbella. (Gtres)
Carmen Borrego en una imagen de sus vacaciones en Marbella. (Gtres)

Lo que les pasa a las Campos es que no saben gestionar su fama. Su nueva fama. Deberían acudir a un especialista para aprender a convivir con su nuevo estatus de celebrities que venden más libros que Mario Vargas Llosa. Las tres, la madre y las dos niñas, durante décadas han estado acostumbradas a protagonizar portadas de tono amable. Ellas -generosas a veces, previo pago otras- posaban sonrientes en bodas, bautizos y cumpleaños con sus parejas del momento o con el corazón hecho girones. Salían en la televisión, tanto o más que ahora (tanto, más es imposible), pero no habían protagonizado el docu-reality ‘Las Campos’ ni habían paseado el tipo por ‘Sálvame’; donde nadie es más que nadie y el turno de palabra hay que ganárselo y no se espera que una corte de palmeros le pidan a una de las Campos que se manifieste para reírle el chiste o acompañar en el duelo.

Lo que sabíamos de ellas era lo que nos contaban, pero desde que las vimos en bata desayunando y peleándose cual Antonia y Omaíta, el público empezó a empatizar con ellas y a detestarlas (por igual) y por lo tanto a interesarse más por sus alegrías y desdichas. Al vulgo ya no le bastaba con lo que ellas querían contar y empezaron a demandar información más allá de la oficial. Los medios siempre al servicio de nuestra audiencia se lo damos. A ellas no les gusta ni un pelo, pero son lentejas, consecuencias de la sobreexposición mediática con la que deben lidiar, aprender a lidiar, si quieren seguir facturando como hasta ahora.

placeholder Terelu Campos en 'Sábado Deluxe'.
Terelu Campos en 'Sábado Deluxe'.

Que hablen mal de una pero que hablen. Decía hace unas semanas la gran Concha Velasco en el mismo espacio televisivo que ella llama a todas las revistas para dar las gracias cada vez que la sacan, por fea que la saquen. Publicidad gratuita. Sabia lección. Consecuencias de la suprafama, si quieres salir guapa en las revistas tienes que ir pintada a la playa, y si no quieres salir en bañador, darte el piro lo más lejos posible como Lydia Lozano desde que la sacaron junto a Charlie en calzonas. “Yo bajo a la calle siempre con el visón, por si habéis venido a verme”, decía la citada actriz vallisoletana cuando anunció su separación de Paco Marsó. La fama cuesta. Además, qué es más íntimo: ¿una foto en bañador o contar (filmar) con pelos y señales la relación que mantienes con todos los miembros de la familia? Lo dijo Jimmy Giménez-Arnau: es más personal una cena a dos que echar un polvo.

La bajona no perdona. El pasado fin de semana las hermanas Borrego Campos, Terelu y Carmen, se sentaron hundidas, destruidas y devastadas en ‘Sábado Deluxe’ cuajadas de swarovskis para relatarnos un verano nada brillante. Su fuerte no es vestir acorde con su estado de ánimo, aún no han aprendido que la indumentaria es parte fundamental del discurso en televisión. Querían hacernos partícipes de su depresión posvacacional, como si cada uno de nosotros no tuviésemos bastante con la nuestra como para sufrir la del dúo.

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