El estilo helénico inspira los vestidos de una 'gran boda griega' escasa de glamour

Ya sea por el calor de agosto, los efectos del jet-lag o porque el final de las vacaciones se acerca también para la monarquía, lo cierto es que la boda ‘no’ real del año en Grecia, el enlace entre el príncipe Nicolás de Grecia y Tatiana Blatnik, que tuvo lugar el miércoles en Spetses, ha sido un acontecimiento de lo más deslucido, al menos en lo que a glamour se refiere. Los invitados, entre ellos los miembros de todas las casas reales europeas, pasaron sin pena ni gloria por la alfombra roja delimitada por los medios de comunicación allí presentes, posando con sus mejores galas ante sus impacientes flashes. Atuendos en su mayoría acertados y elegantes, pero que, sin embargo, a muchos nos han dejado insatisfechos. (Ver álbum)

El lugar elegido para tan importante enlace, una pequeña y encantadora isla bañada por el Egeo, aportaba un toque de romanticismo único, y como si de un sofisticado parque temático ambientado en la Antigua Grecia se tratase, los asistentes no dudaron en ataviarse acorde con el entorno aunque no tanto con la ocasión: sencillos vestidos de inspiración helénica para ellas, y cierto aire ibicenco e informal para los más pequeños, y también para ellos.

La novia, con un diseño del venezolano Ángel Sánchez, protagonizó con su buena elección y su belleza natural una ceremonia que no brilló con toda la luz que cabía esperarse. Puede que in situ el acontecimiento se viviera de otra manera, pero los que seguimos por televisión la llegada de los invitados y los novios a la capilla, no podemos evitar sentirnos de alguna manera decepcionados ante una jornada un tanto deslucida de estilismos para el recuerdo.

La más atrevida, aunque no con demasiado tino, fue una vez más la infanta Elena quien, fiel a su colorido estilo, llevó un vestido largo multicolor en tonos pastel, que acompañó con una torera rosa claro a juego con su bolso de mano. Más sobria fue la opción de su hermana Cristina, más elegante (por así decirlo) con un traje en blanco y negro de grandes flores estampadas que a algún ‘malvado’ podría recordarle a una de las famosas túnicas de la gran Betty Missiego.

Más en twitter.com/lauraslara