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La Bodega de Apolo, una taberna con estilo
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Miguel Casas

Guía Miguelín

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La Bodega de Apolo, una taberna con estilo

Este restaurante ocupa el local que antes era El Balcón de Alcalá. Su propietario lo dejó hace un par de años y, las vueltas que da

Foto: La Bodega de Apolo, una taberna con estilo
La Bodega de Apolo, una taberna con estilo

Este restaurante ocupa el local que antes era El Balcón de Alcalá. Su propietario lo dejó hace un par de años y, las vueltas que da la vida, ahora lo ha retomado su primer jefe de cocina, Gustavo Martínez, que fue el artífice del desarrollo del Balcón y que lo abandonó para montar El Deleitoso. Allí estuvo trabajando muy bien hasta que la Ley Antitabaco y la crisis le obligaron a cerrar.

Su actual propietario es Fernando G. Conde, que procede de una familia vinculada a la bodega desde los años 60. En concreto fue un familiar, Francisco Díaz, su primer ocupante, que se trasladó a este local como consecuencia de la expropiación de su taberna, que estaba situada donde hoy se encuentra el intercambiador de autobuses de Ciudad Lineal.

Lo dedicó en un principio a almacén de vinos con bodega, con venta al por menor. Era el típico sitio donde se vendía el vino por cuartillos para comer y a su vez era el suministrador de casi todos los bares de la zona de vinos de La Mancha. De hecho, el comedor está decorado con dos tinas de barro de la época, conservando la anterior decoración.

Francisco lo tuvo hasta que falleció en 1974 y después siguió su hijo, hasta que a finales de los 90 lo explotó El Balcón de Alcalá. Fernando es ingeniero, no se dedica al mundo de la restauración, pero ha delegado en Gustavo el desarrollo de este proyecto, que lleva un año funcionando y cada día va a más.

La cocina que hace Gustavo yo la denominaría de fusión, ya que ha mantenido algunos platos que diseñó para el Balcón y los ha mezclado con los que preparaba en El Deleitoso. El resultado de esta unión es que se puede comer a la carta o de menú con un precio muy atractivo. 

Para que se hagan una idea de los contenidos de los menús, el otro día había de primero tres platos a elegir: pochas verdes con verduras estofadas, crema de puerro y lombarda con picatostes, y ensalada de patata con ventresca y vinagreta de pimentón.

De segundo, dados de bonito con sésamo negro y salsa agridulce, gulasch de ibérico con páprika y puré de patatas o fajitas de hígado de ternera a la mostaza.

Y de postre, arroz con leche, natillas de chocolate blanco o tarta Tatín.

El vino que acompaña a este menú es Rioja joven Ugarte. El precio, 14 €.

Fuera del menú tiene como entradas: alcachofitas baby rebozadas de maíz y vinagreta de mango, berenjenas gratinadas con queso Provolone, pesto de nuez y albahaca fresca, huevos rotos con foie, trufa y patatitas paja, trigueros en tempura con gratín de torta del Casar, caracoles a la riojana, callos a la madrileña y algunas cosas más.

De pescados, bienmesabe de mero en adobo de curry y sésamo con salsa de jengibre, atún rojo macerado a la plancha, lomos de salmón en papillote y salsas y la merluza a la parrilla.

En cuanto a carnes dispone de carpaccio de buey con láminas de queso manchego y aceite de oliva virgen, magret de canard al aroma de naranja y Oporto, foie de canard con manzana y pimienta rosa, solomillo de ibérico con salsa de cabrales y sidra, filete de ciervo en adobo y rabo de toro.

De postres: tarta Marquesse de chocolate al 80 % de cacao y aroma de cointreau, parfait de nueces y caramelos, helados de sabores y los antes mencionados.

La bodega está bien surtida con referencias interesantes de varias denominaciones de origen.

Precio medio: 30 €
Apolo, 2 – Madrid
Teléfono: 91 741 48 62
Cierra los lunes y dispone de aparcamiento concertado en el número 8 de la misma calle.

Este restaurante ocupa el local que antes era El Balcón de Alcalá. Su propietario lo dejó hace un par de años y, las vueltas que da la vida, ahora lo ha retomado su primer jefe de cocina, Gustavo Martínez, que fue el artífice del desarrollo del Balcón y que lo abandonó para montar El Deleitoso. Allí estuvo trabajando muy bien hasta que la Ley Antitabaco y la crisis le obligaron a cerrar.