La duquesa de Alba regala sus cuadros

Una de las cualidades de la duquesa de Alba es su capacidad para hacer amigos. Los tiene de toda la vida, como Carmen Tello, Curro Romero o las hermanas Cobos, y de nueva hornada, como los últimos hippies que quedan en el mercadillo de las Dalias en Ibiza.  Cayetana es fija de estos tenderetes  y de cualquier  otro que se le ponga por delante.  Le vuelven loca los “pongos” (¿dónde lo pongo?), ya sea en forma de bolsitos, abanicos  o quincallería variada, que se coloca a modo de collar o como los ghungroos de los bailes hindúes.

 

Sus preferidos son los de plata y, a ser posible, que lleven sonido incorporado en  forma de campanitas o similares. En la Expo de Zaragoza se gastó seis mil euros en regalitos de este tipo, que después los agraciados no saben cómo combinarlos con el quehacer diario. En Ibiza también dejó un buen recuerdo y hasta le compró a su novio el funcionario un par de pulseritas de la suerte.

 

El caso es que no hace falta ser íntimo de la duquesa para que te ofrezca un presente si le caes bien. Una de las últimas en recibir el óbolo ha sido Naty Abascal. También el fotógrafo que realizó el reportaje de ¡Hola! de este verano, donde la gran duquesa aparece como una cincuentañera posando de pie, tumbada en un sofá, en la hamaca con fondo de geranio, de jazmín y cambiándose de modelo cual Elle Macpherson. Tan feliz, contenta y relajada se quedó, que decidió obsequiar con un par de cuadros de su propiedad. No eran un Goya ni un Tiziano pequeñito, sino una tela naif pintada y rubricada  por ella. Seguro que en un par de años se cotiza al alza y hasta es posible que se pueda subastar en Sotheby’s.

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