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Rodaron cabezas
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Nacho Gay

Carta de Ajuste

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Rodaron cabezas

Como en aquella Francia revolucionaria de antaño, rodaron ayer por el suelo de Telecinco veinte cabezas bien rebanadas por la afilada dialéctica de ese perdonavidas desfasado

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Rodaron cabezas

Como en aquella Francia revolucionaria de antaño, rodaron ayer por el suelo de Telecinco veinte cabezas bien rebanadas por la afilada dialéctica de ese perdonavidas desfasado llamado Risto Mejide. Él mismo se ha proclamado, sin necesidad de liturgias, protocolos o coronaciones, rey de reyes del insulto en el cátodo y, disfrazado de guillotina, se despacha, desde ayer en adelante, con todos los condenados de su particular estado insurrecto.

 

Lo que ocurre es que, en aquella Francia revolucionaria de antaño, rodaron incluso cabezas de reyes. Muy por el contrario, en Telecinco sólo dan vueltas las de cierto tipo de plebeyos, los de siempre. Ayer cayeron las de Urdaci, Curry Valenzuela, Cristina Tárrega, Cospedal, Zapatero o Federico Jiménez Losantos, gente que tiene ya más revolcones que el suicida ése de José Tomás. Una lista, esta primera, más que previsible. Se echaron en falta, sin embargo, las cabelleras del Rey, la Reina, el Príncipe, la Princesa y el resto de la corte: sobre todo banqueros y gestores de medios.

Si debemos aceptar el indulto de los que cortan el bacalao como condición sine qua non y axioma primero de un programa como éste, todo lo demás resulta entonces comedia bufa. Si algo se le puede reprochar precisamente a la casa de Vasile, entre tantas otras cosas, es precisamente eso: su fijación perpetua por los sin nombre. De poco sirven, en estas circunstancias, las gracias sobre el ego infinito de Fernando Alonso o la mala gestión del ministro Corbacho, por mucho que uno esté de acuerdo. Palabrería inocua.

Pase el nuevo invento, un Informal ‘sadomaso’ en el grafismo y las formas, como entretenimiento vespertino para las masas ociosas. Desde luego, hay que reconocer que este tipo tiene talento para el insulto. Y que hay mucha verdad en lo que le escriben en sus tarjetas. Pero, a ratos, resulta todo tan impostado... Con Risto me pasa lo mismo que con el cine de Isabel Coixet: me gusta, pero no me lo creo del todo.

Vídeo relacionado: Risto versus Celestino Corbacho.

Audiencias: Risto arrasa en su estreno.

Como en aquella Francia revolucionaria de antaño, rodaron ayer por el suelo de Telecinco veinte cabezas bien rebanadas por la afilada dialéctica de ese perdonavidas desfasado llamado Risto Mejide. Él mismo se ha proclamado, sin necesidad de liturgias, protocolos o coronaciones, rey de reyes del insulto en el cátodo y, disfrazado de guillotina, se despacha, desde ayer en adelante, con todos los condenados de su particular estado insurrecto.

Risto Mejide Telecinco