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Los hipsters han muerto: ¡Vivan los yuccies!
Esta nueva generación nace fruto del acrónimo de Jóvenes Creativos y Urbanos. Entre sus máximas está la de vivir de su capacidad creativa. Prefieren la autonomía y aborrecen el horario de oficina
“Es la primera vez que lo oigo”. Al diseñador Xoan Viqueira (36 años) se le 'agria' el gesto al escuchar la palabra yuccie. Para este valenciano, exresponsable de un laboratorio químico del sector cerámico, el término le resulta, de entrada, peregrino. Pero, tras descubrir su significado –es el acrónimo de Young Urban Creatives (Jóvenes Urbanos y Creativos)– cambia radicalmente de parecer. Él es uno de ellos.
Los yuccies son una nueva tribu de jóvenes nacidos entre finales de los 70 y principios de los 80,cuyos perfiles (millennials) responden a tres cánones bien definidos: son urbanos, cosmopolitas y emprendedores. Huyen de las ataduras (horarias) de una oficina y de la comodidad que supone tener una estabilidad laboral. Prefieren ‘sacrificarse’ en pos de un mayor desarrollo creativo. Además, esta nueva generación ha venido para ‘dar muerte’ al hipster. Aunque, sin ellos, su labor carecería de sentido.
Viqueira también experimentó ese ‘ardor’ expresivo hace un tiempo.“Tenía miedo a que no pasara absolutamente nada hasta que llegara el día de mi jubilación”, dice.Sintió que necesitaba dar el paso y “salir de la zona de confort”. Y así lo hizo. Se mudó a Madrid y comenzó a dedicarse a lo que verdaderamente le gustaba: el diseño gráfico y la ilustración.
“Tardé un poco en encontrar mi vocación”, sostiene. Aunque quizá esta estuviera más cerca de lo que creía: su padre es escultor, ceramista y pintor.Unos oficios que tomaron forma en este joven que ha devenido enyucciecasi sin darse cuenta. “Todos ellos han influido en el rumbo que ha tomado mi vida”, apunta. Y con esta premisa,lanzó su marca (homónima)y ahora son precisamente los hipstersquienes calzan algunas de sus espadrilles estampadas o compran algunos de sus platos ilustrados.
El caso de Viqueira es, a grandes rasgos, un paradigma de lo que supone esta nueva tendencia sociológica. Muchos expertos –yfashionistasredomados– aseguran queesta nueva tribu no pasará del próximo otoño-invierno.Aunque, hasta que irrumpa otra nueva generación, estos son los que han venido para quedarse. Y los rasgos que los definen resultan reveladores.
Los conocerás por...
Amén de unespíritu y visión creativa y empresarial muy definidos, tambiéntienen un estilo de vida propio.Con un punto exclusivo. Para ellos, la moda no resulta una atadura: se entregan a su dictado sin grandes aspavientos. Hasta tal punto quehan enterrado la barbay huyen delos tatuajes.Están familiarizados con las nuevas tecnologías; antaño fueron dueños de unblogy ahoraaman Instagram por encima de todas las redes sociales.Esta es, en definitiva, una de sus principales plataformas para dar visibilidad a sus trabajos.
A diferencia de los hipsters, cuyo espíritu siempre fue excesivamente mainstream y (ahora) ‘han muerto’ de éxito, los yuccies no suelen consumir prensa en papel: el móvil y la tableta sontodo lo que necesitan para estar informados. Son amantes de los productos artesanales y de diseño.Se han desprendido de los aparatos MP3: prefieren escuchar música a través de diferentes apps en streaming. Aborrecen hacer gestiones. Solucionan todos sus trámites vía weby, sobre todo, son respetuosos con el medio ambiente: se mueven en bicicleta, están muy a favor de la cultura ecológica ysuelen frecuentar locales de comida slow food.
Quizá estos rasgos definitorios basten para pensar que este es el nuevo estilo de vida que viene. Quizáesta nueva raza cultural también tenga los días contados o quizá logren mantenerse como un estrato social que, como en anteriores generaciones, sirva para alimentar el futuro y las tendencias que están por llegar. Mientras tanto, démosles a los yuccies una oportunidad yprobemos a navegar en este nuevo mar alternativo.
“Es la primera vez que lo oigo”. Al diseñador Xoan Viqueira (36 años) se le 'agria' el gesto al escuchar la palabra yuccie. Para este valenciano, exresponsable de un laboratorio químico del sector cerámico, el término le resulta, de entrada, peregrino. Pero, tras descubrir su significado –es el acrónimo de Young Urban Creatives (Jóvenes Urbanos y Creativos)– cambia radicalmente de parecer. Él es uno de ellos.