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El Brasil más vital y sexy, en Río de Janeiro
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Kike Sarasola

La mochila de Kike Sarasola

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El Brasil más vital y sexy, en Río de Janeiro

Reconozco que llevo un buen rato pensando cómo os empiezo a contar acerca de Río de Janeiro sin recurrir a los tópicos: cidade maravillosa, garota de

Foto: El Brasil más vital y sexy, en Río de Janeiro
El Brasil más vital y sexy, en Río de Janeiro

Reconozco que llevo un buen rato pensando cómo os empiezo a contar acerca de Río de Janeiro sin recurrir a los tópicos: cidade maravillosa, garota de Ipanema, caipirinha, carnaval... pero son tan fuertes que no los puedo evitar. Así que me parece que no os contaré nada que ya no sepáis o hayáis oído for sure. Entra por los poros y no lo puedes evitar. Y ¿sabéis qué? No lo hagáis.

 

Os hablaré, como siempre he intentado, desde las sensaciones y recuerdos, ya que Río o Carioca, Carioca o Río, te embadurnan y llenan de gozo. Si no, seguro que encontraríais mejor documentación en cualquier guía turística.

 

Río de Janeiro, en imágenes

 

¿Por qué se reconoce cierta magia de ciertos lugares? Seguramente por ciertas acciones o rutinas de sus habitantes que las hacen únicas. Para muestra un botón: recuerdo la primera vez que fui a pasar el día a la playa de Ipanema. Ya sólo escribir el nombre hace que brote una sonrisa en la comisura de mi boca: sonrisa pícara, alegre y fácil. Después de un día expuesto al sol y a los ojos de todos (a eso se va a la playa), en el momento en que el sol desaparece detrás de la montaña a nuestra derecha mirando al Atlántico, toda la playa aplaude para bendecir o agradecer ese día. ¿No es maravilloso? Se te ponen los pelos de punta. Y si encima coincide con el paso de una orquesta celebrando el Carnaval, y con la cuarta caipirinha en el estómago, se produce el efecto flautista de Hamelin.

 

 

Otro momentazo, y así sigo describiendo un Río desde las emociones producidas, fue la ida al sambódromo. No puedes ir a París y no subir a la Torre Eiffel. No puedes haber estado en Roma y no haber visto el Coliseo o la Fontana de Trevi. Pues en Río pasa igual con el sambódromo. ¿Cómo lo explico? Las escuelas de Samba son una cosa muy seria. No puedes frivolizarlo una vez que lo has vivido. Tuvimos la suerte de ver desfilar a Tijuca, que ganó este año. Por cada escuela desfilan entre tres o cuatro mil integrantes con hasta, no exagero, siete u ocho carrozas.

 

Lo primero que sorprende es el recinto. Es una pasarela gigante con un suelo blanco-brillante y una megafonía que te integra. Como dije antes, ¡no lo puedes evitar! Llegados a este punto, lo mejor será que naveguen por la Red para que vivan por unos segundos de lo que les estoy contando y vuelvan a El Confidencial. Han convertido en espectáculo, arte y pasión algo tan innato de los cariocas como “la alegría”.

 

Río fue la capital de Brasil hasta los años sesenta. De ahí la cantidad de construcciones majestuosas que acoge esta ciudad imponente. Aunque siempre hemos hecho nuestra vida entre los barrios de Ipanema y de Leblon, y es aquí donde me extenderé, os recomiendo ir a Centro, que es donde se fundó la ciudad y se concentran las edificaciones de interés.

 

 

El barrio de Gloria tiene toda la solera y decadencia de un barrio histórico. En Lagoa vale la pena visitar el Jardín Botánico, remanso de paz dentro de esta gran urbe. Copacabana sigue siendo la playa con forma de media luna favorita de las familias. En Santa Teresa, barrio tradicional por excelencia, se encuentra uno de restaurantes clásicos de Río, Aprazivel, con vistas de Río espectaculares. ¡Vale la pena!

 

Hablar de Río es hablar de favelas también. Están muy presentes en la ciudad y tienen un efecto imán que es fascinante, pero al mismo tiempo sabes que son inaccesibles. Sé que algunas se pueden visitar con guías como Rocihna. Yo no lo he hecho. Otra muy famosa, debido a una película impresionante, es Ciudad de Dios. Me consta que las autoridades están tomando medidas muy serias acerca de la seguridad. Existen campañas como Choque de Ordem, que consiste en grupos policiales móviles en las principales playas y avenidas.

 

Recuerdo maravillado un concierto de música del cantante Lulu Santos, que fuimos a ver al Pão de Açucar, excursión inexcusable en teleférico con la que podréis observar unas vistas privilegiadas de la ciudad. Pero para vistas, y si os lo podéis permitir, hay unos tours en helicóptero que no son muy caros, y podréis casi darle la mano al Cristo Redentor en la colina del Corcavado, situado en el Parque Nacional de Tijuca. También sobrevolaréis las playas que siempre habéis visto desde la arena. Y para aquellos para los que el fútbol sea más que una pasión, os sobrecogerá sobrevolar el Estadio de Maracaná.

 

Ipanema, Leblon y otras playas

 

Ahora me voy a extender en los barrios donde siempre hemos vivido en Río: Ipanema y Leblon. Soy consciente de no poder satisfacer a todo el mundo, ya que la consecuencia del enorme tamaño de la ciudad es que me impide conocerla mejor.

 

Más imágenes espectaculares de Río de Janeiro en este enlace

 

Si sois un grupo grande, la opción de alquilarse un apartamento es recomendable. Cuanto más cerca de la playa, más caro será. El hotel de moda es el Fasano, donde te podrás cruzar con Madonna o con Beyonce por sus pasillos o tomándote una copa en su bar, Londra. Otros hoteles recomendables son el Marina All Suites o el Ipanema Plaza. Todos son gay-friendly, aunque deberás registrar a tus invitados como medida de precaución. ¡Fenomenal! Un consejo: cuando viajes solo no es aconsejable traerte a tu hotel a alguien que acabas de conocer. Si tienes alguna duda, pero sigues adelante, existen un sinfín de love Motels. El mejor de ellos se encuentra en Leblon.

 

La Playa de Ipanema está sectorizada según el tipo de ambiente que vayas buscando. Si es rollo hetero, el Puesto 11, en Leblon, es donde están los guapos y las chicas más impresionantes. Si eres gay, en el puesto 9, en Ipanema, también llamada Coquerao, a la altura del hotel Cesar Park, –donde, por cierto, son antológicas las feijoadas todos los sábados– es donde estarán los cachas, o como me dijo un amigo carioca, los que se creen guapos. Pero la playa gay oficial se encuentra delante de la Rua Farme de Amoedo, que es más popular. No dejéis de tomaros un agua de coco helado y también probad el helado de açai (nuez del Amazonas molida con guaraná, granola y plátano). ¡Te pone las pilas para el resto del día!

 

Impresiona ver a la mayoría de las personas caminando por la ciudad en bañador y chanclas, ya tengan que comprar en el supermercado o ir al banco. Y los domingos incorporan el carril de la Avenida Vieira Souto para uso de los peatones, donde ves hacer todo tipo de deportes que se puedan hacer al aire libre. ¡Impresionante!

 

 

Cuando empiezas a vivir la ciudad quieres parecerte a un carioca, y se consigue comprando lo mismo que ellos. Para hombres, los bañadores Blue Man y las bermudas y camisetas de Osklen son básicas. Para las chicas, las marcas Farm, Totem y Animale son necesarias para pasar por una nativa. Hay bikinis brasileños en Garota de Ipanema, en la rua Vinicius de Moraes, al lado del restaurante del mismo nombre, donde podréis pedir una picanha de chuparse los dedos.

 

Los mejores zumos naturales están en Poli Sucos, en la rua Visconde de Piraja. Son zumos hechos al momento. Aquí os recomiendo que pidáis el de abacaxi com hortela (piña con menta). ¡Qué sabores! La ciudad también está llena de sandwicherías para después de la playa. Me encanta la que está en Leblon, Bibi Sucos, en rua Ataulfo de Pavia. Hacen unos zumos espectaculares. La gente más guapa de Leblon pasa por aquí. Y cuando digo guapos, me refiero a ¡los más! Si necesitáis un gimnasio id a la Estação do Corpo, en Leblon. Ofrecen un servicio estupendo.

 

Os recomiendo el restaurante Point of Grumari, en la playa de Grumari, que es una playa salvaje camino de Barra con excelentes vistas de la playa, y donde pedir una moqueca de camarao o peixe. Para bailar samba me encanta el Clube Dos Democraticos, que está en Lapa. Música en vivo y mucho bailoteo, además de que es una gran alternativa al más turístico Rio Scenarium.

 

Por la noche

 

Viendo el nivel de cuerpazos en la playa, la noche Carioca... ¡es sinónimo de éxito! Para mí los sábados The Week, en rua sacadura Cabral, 154 en Centro, puede ser uno de los mejores clubes del mundo. Ambiente mixto, más tirando a gay. El Lemon Pie (tarta de limón) de Gula Gula, en rua Henrique Dumont, es de los mejores de Río, de lejos. Ganó un premio de la revista Veja Rio.

 

Para cenar os recomiendo, en Leblon, los restaurantes de la rua Dias Ferreiras como Carlota, de comida contemporánea; Sushi leblon; Zuka; o también Quadrochi. Siempre encontrarás ambiente muy ameno de la clientela local. Para los amantes de comida tailandesa está Nam thai, en la rua Rainha Guillermina, también en leblon. Si buscáis algo más sofisticado id al Al mare, en el Hotel Fasano, o a  Mr Lan, en la Lagoa.

 

Ya de pequeño sentía fascinación por este país, provocada por los discos que tenía mi padre y por esa energía positiva que desprende todo lo que huela a Brasil. Así es Brasil: pasional, alegre, vital, dulce, sexy y emprendedor. Donde las religiones, las tradiciones y la sexualidad conviven en total armonía.

 

Muito Obrigado, papá.

Reconozco que llevo un buen rato pensando cómo os empiezo a contar acerca de Río de Janeiro sin recurrir a los tópicos: cidade maravillosa, garota de Ipanema, caipirinha, carnaval... pero son tan fuertes que no los puedo evitar. Así que me parece que no os contaré nada que ya no sepáis o hayáis oído for sure. Entra por los poros y no lo puedes evitar. Y ¿sabéis qué? No lo hagáis.

Kike Sarasola