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Kiko Rivera tiene una labia que enamora
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El Chascarrillo

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Kiko Rivera tiene una labia que enamora

En todas las familias siempre hay una oveja negra. El que ni estudia ni trabaja, el que no es tan agraciado como el resto de sus

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Kiko Rivera tiene una labia que enamora

En todas las familias siempre hay una oveja negra. El que ni estudia ni trabaja, el que no es tan agraciado como el resto de sus relativos, el que no sabe cantar, ni torear… pero que, en cambio, es gracioso y, además, todo un precursor en lo de no dar ni chapa. Kiko Rivera fue el primer personaje público que conocimos de la generación Ni-Ni, antes de que ésto tuviera su propio reality, aunque ahora se ha reformado y, mientras su madre se gana el pan cantando temas de hoy y de ayer, él se gana los cuartos haciendo reír a la gente, promocionando discotecas de aquí y allá y lanzando a sus ex novias al fugaz estrellato, previo paso por Interviú.

Paquirrín, que le dio una gran alegría a su familia cuando decidió trabajar por primera vez en La Sexta el verano pasado, presume de raíces. “No soy ni guapo ni feo, soy normal”, dice para la revista Semana. Pero el chascarrillo que circula por todo el país de que el hijo de Isabel Pantoja no ha heredado ni un solo gen de la hermosura de sus hermanos o de su malogrado padre. Él lo sabe -hace unos meses dijo que sus hermanos eran guapos mientras que él era gracioso- pero sus armas de seducción con las mujeres no son precisamente las físicas.

“A una mujer la conquisto siendo amable y gracioso, y yo con la labia salgo adelante”, dice. Mientras sus hermanos son más conocidos por sus pocas dotes comunicativas y huyen de la prensa, el don de la palabra del pequeño de I.P. es el que realmente enamora a las techis, tamaras y demás féminas que suelen conquistar su corazón, aunque le duren menos que a su hermano mayor, que ya es decir. “Soy positivo y estoy feliz”, concluye Kiko. La belleza está en el corazón. Ya lo decían en La Bella y La Bestia.
 

En todas las familias siempre hay una oveja negra. El que ni estudia ni trabaja, el que no es tan agraciado como el resto de sus relativos, el que no sabe cantar, ni torear… pero que, en cambio, es gracioso y, además, todo un precursor en lo de no dar ni chapa. Kiko Rivera fue el primer personaje público que conocimos de la generación Ni-Ni, antes de que ésto tuviera su propio reality, aunque ahora se ha reformado y, mientras su madre se gana el pan cantando temas de hoy y de ayer, él se gana los cuartos haciendo reír a la gente, promocionando discotecas de aquí y allá y lanzando a sus ex novias al fugaz estrellato, previo paso por Interviú.