¿Miente la máquina de la verdad?

Belén Esteban es la reina Midas de la telebasura, todo lo que toca se convierte en oro, al menos para quienes la rodean y sacan partido de su omnipresencia televisiva. Lo quieran sus seguidores y detractores o no, bate récords de audiencia. De ello dio buena cuenta Telecinco con la emisión de su polígrafo en el que, según lo que se presentó en vivo y en directo, hizo diana. 16 verdades de 16 preguntas. Lo que sucede es que ahora hay quien pone en duda la veracidad, no de lo respondido por Belén, sino de las preguntas realizadas por la interrogadora.

La revista QMD lleva esta semana a su portada a la colaboradora de Sálvame y plantea la duda recogiendo las declaraciones de José Antonio Rodríguez Landa, el poligrafista más conocido de nuestro país tras su paso por el famoso programa La máquina de la verdad. Este ex asesor, lo tiene claro: “Lo que hicieron en Sálvame fue una estafa”.

El culebrón del polígrafo tiene tintes de superar al de Ambiciones. Según Landa, Concha Pérez Cascorrán, a la sazón poseedora y controladora de la máquina que indagó en las verdades de Belén, le sometió a envíos constantes de jamones, llamadas de teléfono y bulos familiares. Incluso asegura que le denunció por acoso sexual.

Dadas todas las premisas, Landa, que además duda de la actuación de Concha, asegura que “las preguntas estaban mal hechas” porque “en el polígrafo están prohibidas las suposiciones”. Lo que le lleva a asegurar que las preguntas “no fueron hechas por una poligrafista, sino por la redacción del programa”.

Además de eso añade que faltaban los análisis de orina que sirven para “certificar que ha estado limpia durante un mes” y un sensor en forma de cojín que Belén Esteban no llevaba y que detecta cualquier movimiento. Añade un dato curioso: “Una persona con dos Nolotiles en el cuerpo puede engañar a la máquina”.

En otro tiempo se sentaron en la máquina, Antonia Dellate, Antonio el Bailarín o Lola Flores y nadie cuestionó sus resultados. Sin embargo, la técnica, los años o el cisma Janeiro-Esteban  -que está más presente entre los estudiantes españoles que la escisión eclesiástica- han hecho que se ponga en duda el sistema. Lo que no consigan en el show business las historias de mujeres despechadas, no lo cnsigue nadie. Que se lo digan a los creadores de Cristal. 

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