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¿Nos castiga la sociedad por estar solteras?
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Marita Alonso

En la cama con Marita

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¿Nos castiga la sociedad por estar solteras?

¿Se empeña la sociedada a forzarnos a emparejarnos? ¿Nos sale más caro estar solteras que en pareja? Spoiler: sí y sí.

Foto: 'Girls' (HBO)
'Girls' (HBO)

Pasada cierta edad, digamos por ejemplo los 30 años, parece que no tener pareja implica que tenemos un terrible defecto o un oscurísimo secreto que espanta a los hombres. A muchas personas les parece impensable que una mujer haya decidido no estar con alguien porque no le satisface por completo, no ha encontrado a la persona adecuada o, atención que viene una verdad como un templo, no le da la gana. El problema es que es habitual que la soltera, que la sociedad estigmatiza y señala cuando en realidad es una mujer libre, tenga que enfrentarse en cada reunión familiar o en cada boda a la maldita pregunta de “Y tú, ¿estás soltera?”. A esta pregunta le puede acompañar un deleznable “Tranquila, ya aparecerá alguien”. Ya sabemos que aparecerá alguien, querida-desconocida-que-va-regalando-esperanzas-vacías-entre-sonrisas, pero lo que no entiendes es que quizás no queremos que aparezca, que preferimos ir de flor en flor, que nos apetece pasar el día entre amigos sin complicaciones emocionales o que, sencillamente, solo hemos dado con capullos.

El alquiler, los gastos y las vacaciones son otro claro ejemplo de que el mundo no está hecho para estar sin un +1. Incluso hay gimnasios que ofrecen tasas más asequibles si te apuntas con tu pareja. Pero, ¿qué pasa cuando no la tienes? Parece que la sociedad está pensada para penalizarte con una especie de impuesto de la soltería. Afortunadamente, también hay plataformas que nos ayudan a pensar que tener un gran grupo de amigos o familiares también nos puede ayudar a ahorrar unos euritos, como Netflix, cuyas tarifas se reducen si son cuatro los que disfrutan de sus servicios. Poliamorosos, grupos de amigos o familias bien avenidas pueden disfrutar de sus ventajas.

Por si fuera poco, buscar el amor tampoco sale barato. Según Match.com, nos gastamos más de 1.200 euros al año en citas, por no hablar de si caemos en las redes de los servicios premium que muchas dating apps ofrecen para encontrar el amor con mayor facilidad a cambio de pagar una tasa mensual. Hace unos días, en un viaje de prensa, una periodista preguntó a las presentes si había entre nosotras alguna soltera. Cuando una de ellas levantó con orgullo la mano, se apresuró en señalar que “le estaba costando caro”. Literalmente. Explicó que tenía que compartir piso a sus 32 años para poder asumir los gastos y que estas vacaciones tuvo que rogar a una amiga que le acompañara de viaje, pues todas viajaban con sus parejas.

Si estamos en el momento de la historia, como señalan diversos estudios, en el que hay más solteras que nunca. ¿Por qué la sociedad se empeña en castigarnos?

En China, las llamadas 'mujeres sobrantes' son aquellas que han cumplido los 27 años y permanecen solteras. Estas mujeres sufren una inmensa presión social y familiar que en muchas ocasiones las empuja a contraer matrimonio sin querer hacerlo para dejar de ser señaladas. "Se trata de mujeres con fuerza y confianza que están siendo presionadas por una campaña del Estado chino para que se casen. Las mujeres chinas de hoy están más educadas que nunca y se resisten cada vez más al matrimonio", explica Leta Hong Fincher, autora de 'La mujer sobrante: el resurgimiento de la desigualdad de género en China', a la BBC.

Aunque nos parece lejano, en España todavía hay muchas personas que creen que las mujeres que superan cierta edad y no están casadas son mujeres sobrantes, aunque por supuesto, nadie te llamará así. Sin embargo, si te soltarán un "se te va a pasar el arroz" o te mirarán con cierta lástima. La realidad es que muchas mujeres buscan la soltería y no se la plantean necesariamente como una fase y por supuesto, no lo ven como una lacra. De hecho, cada vez son más las mujeres que se aventuran a ser madres solteras -si antes hablábamos de las dificultades de pagar un piso solas, imaginemos cuando hay alguien más a quien cuidar en casa-, por lo que las mujeres solteras están rebelándose contra las imposiciones sociales.

Pasada cierta edad, digamos por ejemplo los 30 años, parece que no tener pareja implica que tenemos un terrible defecto o un oscurísimo secreto que espanta a los hombres. A muchas personas les parece impensable que una mujer haya decidido no estar con alguien porque no le satisface por completo, no ha encontrado a la persona adecuada o, atención que viene una verdad como un templo, no le da la gana. El problema es que es habitual que la soltera, que la sociedad estigmatiza y señala cuando en realidad es una mujer libre, tenga que enfrentarse en cada reunión familiar o en cada boda a la maldita pregunta de “Y tú, ¿estás soltera?”. A esta pregunta le puede acompañar un deleznable “Tranquila, ya aparecerá alguien”. Ya sabemos que aparecerá alguien, querida-desconocida-que-va-regalando-esperanzas-vacías-entre-sonrisas, pero lo que no entiendes es que quizás no queremos que aparezca, que preferimos ir de flor en flor, que nos apetece pasar el día entre amigos sin complicaciones emocionales o que, sencillamente, solo hemos dado con capullos.

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