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La Bodega de Prada: comer entre viñedos
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Miguel Casas

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Miguel Casas

La Bodega de Prada: comer entre viñedos

Este restaurante está situado dentro de La Zona de las Cuevas o de las Bodegas. Para llegar en coche hay que pasar por una calle estrecha,

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La Bodega de Prada: comer entre viñedos

Este restaurante está situado dentro de La Zona de las Cuevas o de las Bodegas. Para llegar en coche hay que pasar por una calle estrecha, en la que conviene entrar muy sereno para no darse con las paredes. Menos mal que la salida es por otra calle y tiene unas dimensiones normales.

El Molar, es un pueblo serrano situado a 42 km de Madrid por la A-1. Es conocido por la cantidad de bodegas, tanto públicas como privadas, que tiene y que están situadas en la falda de un altozano, denominada “la torreta”.

Existe una sana competencia entre los bodegueros aficionados. Ejemplo de ello, es el caso de mi amigo Mere, que tiene una buena bodega con dos magníficos caños comunicados, donde se reúnen para probar y dictaminar cual es el mejor vino y donde cada uno aporta el que considera el mejor de su cosecha.

La Bodega de Prada es propiedad de Antonio Prada desde 1999. La construyó en un principio para  poder disfrutarla en compañía de sus amigos, hasta que decidió explotarla abriéndola al público.
 
Hasta entonces, Antonio se había dedicado a la construcción de locales de restauración, unos los vendía y otros los explotaba. Uno de los primeros que hizo fue en Los Cotos de Monterrey, en la urbanización del mismo nombre. El siguiente fue en Madrid, en el Barrio de la Concepción y de ahí a El Molar, donde construyó La Taberna del Pirata, que traspasó a Marcelino, un famoso futbolista del Atlético de Madrid.

Hace once años, comenzó gracias a su experiencia y conocimientos, su aventura como restaurador y es un referente en la zona de las bodegas.

Su cocina está basada en la buena materia prima. Su carta no es muy extensa, como dice él, refiriéndose a la calidad de sus productos y más concretamente a la merluza que pone como ejemplo, que solo la trabaja a la plancha y el único secreto para que no se pegue es que esté fresquísima.

Se accede al restaurante a través de una escalera de piedra que comunica con el bar y que tiene una magnífica terraza para las noches de verano.

En el interior tiene un salón en la planta baja y otro en la planta alta, hechos en piedra y decorados con trofeos de caza y una gran chimenea que calienta el ambiente. Asimismo, tiene otros dos comedores más pequeños, excavados en la cueva, donde la temperatura en verano es deliciosa.

De entrada se puede tomar un buen pulpo a la gallega, un jamón ibérico, unos callos con garbanzos, unas judías con morro, el revuelto de Prada y los pimientos asados. De pescado, los más pedidos son la merluza a la plancha, la lubina a la parrilla, el bacalao con tomate y los chipirones en su tinta.

Su especialidad es la carne roja. Además prepara los lomos enteros, que los tiene en una cámara los días que él considera necesarios, en función de las características de la res y lo corta en el momento que se lo piden. También tiene chuletillas de cordero.

Los postres son caseros y suele tener siempre el arroz con leche, natillas, flan y las tartas de la abuela.

Por supuesto tiene su propio vino y al que no le guste, dispone de una buena bodega con caldos de la Ribera o de La Rioja.

Precio medio: 35 €
Santa María de la Cuesta s/n (Zona de las Cuevas - El Molar)
Tel. 91 841 22 24
Cierra los lunes


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