En la cama con Marita
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Stashing, lo último para saber si tu novio te ignora
¿No publica fotos de vosotros en las redes sociales? ¿Eres una completa desconocida para su familia o sus amigos? Este último término te puede servir como excusa para romper con él
Los neologismos vienen dispuestos a hacernos ver que algo falla en nuestras relaciones, como si no nos diéramos cuenta de ello sin términos de por medio. Pero es cierto que nunca está de más poderle echar a tu chico en cara que te está haciendo un 'phubbing' o decirles a tus amigas que tu amante se ha marcado un 'breadcrumbing', porque eso de poder dar nombre a lo que ocurre otorga cierta tranquilidad. Tranquilidad y esnobismo, para qué negarlo, porque no querría yo verme postrada ante mi psicoanalista soltándole estos términos mientras ella escribe en su libreta un “Vamos, que su chico pasa completamente de ella”.
El último término para poder dejar a tu novio con nombres y apellidos –hablamos del término per se, porque si no sabías hasta ahora el apellido de tu novio, la relación es harto curiosa– es el 'stashing'. Este neologismo no necesita apellido alguno para dejar claro que el amor Disney no existe, aunque sea simplemente porque la Sirenita no tenía un Samsung que sumergir en el mar para saber que su príncipe se la estaba pegando. El 'stashing' quiere decir que tu chico no quiere que nadie sepa que está contigo. ¿Las señales? No sube ninguna fotografía en la que apareces y no te incluye en sus planes con amigos o familia. La verdad es que no hace falta ser un lince para saber que la cosa no va bien, pero cuando llega un término que da nombre a lo que ocurre, la realidad se vuelve aún más certera.
Uno de los problemas de esta situación –de por sí cargada de inconvenientes– es que si tu pareja hace algo que te parece fuera de lugar, siempre puede jugar la carta de “Nunca fuimos realmente novios”. Le bastará con enseñarte su 'feed' de Instagram para hacértelo saber con un “Pero ¿cómo íbamos a ser novios? ¡Si no salimos ni en una foto juntos!”. Y es así como de repente te darás cuenta de que estabas saliendo con un personaje de 'Al salir de clase' y no con un hombre hecho y derecho. Porque es por todos sabido que si no apareces en sus redes sociales, no existes... ¿No? Ojalá esta afirmación estuviera cargada de banalidad, pero mucho me temo que si alguien es activo en sus redes y te excluye de estas, es porque quiere ocultarte. Antes de entrar en pánico o de cambiar tu estado sentimental de Facebook a soltera, lo mejor es, como siempre, hablar con él. Porque puede que lo que se esconda tras este ninguneo virtual sea una ex dispuesta a causar problemas ante la presencia de una nueva mujer. Aunque ahora que lo pienso, si antepone los sentimientos de su pasado a los de su presente, quizás este hombre no te convenga. Añado ese 'quizás' como mero formalismo, porque en realidad lo que quisiera decir es 'definitivamente'.
Lo que está claro es que con o sin términos de por medio, si tu pareja te excluye de sus redes y muy especialmente de sus círculos cercanos, tú ya te habrás dado cuenta antes de que el stashing entrara en nuestros diccionarios. Si aceptas esta situación puede que seas tú la que en realidad no busca nada serio. No todas las relaciones tienen que ser serias e íntimas, pero lo importante es que ambas partes estén en un mismo plano para evitar desengaños y llantos. Así que antes de subir un story en el que maldices al hombre en cuestión, deja el móvil de lado y habla con él cara a cara para aclarar las cosas. Puede que después de la charla lo celebréis subiendo una foto juntos o puede que lo celebres haciéndote un nuevo selfie para Tinder. Lo sé, el amor en la vida moderna es definitivamente un jaleo...
'Antimanual de autodestrucción amorosa' (ed. Aguilar) es el primer libro que publica la periodista Marita Alonso, quien se ha convertido en nuestra consultora semanal en cosas de amor, desamor, sexo y otras dichas y desdichas. Plantéale tus preguntas e intentará darles respuesta.
Los neologismos vienen dispuestos a hacernos ver que algo falla en nuestras relaciones, como si no nos diéramos cuenta de ello sin términos de por medio. Pero es cierto que nunca está de más poderle echar a tu chico en cara que te está haciendo un 'phubbing' o decirles a tus amigas que tu amante se ha marcado un 'breadcrumbing', porque eso de poder dar nombre a lo que ocurre otorga cierta tranquilidad. Tranquilidad y esnobismo, para qué negarlo, porque no querría yo verme postrada ante mi psicoanalista soltándole estos términos mientras ella escribe en su libreta un “Vamos, que su chico pasa completamente de ella”.