Los hijos del tercer marido de Preysler han abierto la caja de los truenos con la herencia de su padre. Cansados de esperar han reclamado lo que consideran que les corresponde legalmente. Y piensan llegar hasta el final
La presencia de la hija de Isabel Preysler en un acto que tenía firmado había suscitado una gran expectación. Las preguntas estaban claras. Pero tal vez no fuera ni el momento ni el lugar para hablar de ello
Ambas han mantenido una imagen muy parecida en lo que se refiere a sus relaciones tanto con la justicia como con la prensa, aunque la tonadillera parece que ha podido cambiar su estrategia
La nula exposición pública que Doña Letizia quiere de sus hijas, en ocasiones, las priva de actividades cotidianas y de esa normalidad que ella desea para las niñas
Si la infanta Cristina, que se instaló en Zarzuela durante su visita a Madrid, tuvo que quedar con su padre en Barcelona para poder hablar con él… ¿Dónde vive realmente el Rey emérito?
Imputada y pendiente de la fecha del juicio oral que la sentará en el banquillo no tiene intención de hacer ningún gesto relacionado con su renuncia dinástica
Hasta que surgió el escándalo del caso Nóos, que ha supuesto la imputación del matrimonio Urdangarin Borbón, a la infanta Cristina se la suponía una mujer
Regentaba junto a Mayte Zaldívar, por aquel entonces su mujer, un restaurante sin pretensiones en la zona menos lujosa de Puerto Banús. Luego le tentó Jesús Gil y ese fue el principio del fin
La 'pillada' a la 'socialite' con el nobel de Literatura ha devuelto a escena a Preysler con un posible nuevo romance. Ella, que no deja nada a la improvisación, parece haber dejado un cabo suelto, el de la sorprendida mujer del escritor
Llama la atención que la infanta Cristina se presente en la celebración posterior a la comunión de la heredera sin haber mostrado ningún gesto de arrepentimiento
La candidata a la alcaldía de Madrid no para. Ya está en campaña y su agenda es un sin parar. Sus actos se expanden hasta Barcelona, donde según lo vivido la quieren, y mucho
La imputación de los duques de Palma fue el detonante para ofertar el palacete de las desgracias. Fianzas y multas obligaban a desprenderse de la mansión
No se separaba de Cayetana. Ni de día ni de noche. El hábito se convirtió en costumbre para el duque viudo y por eso ahora la ausencia de la duquesa pesa como una losa